El nombre de este espacio
virtual, se titula: Existenciarius. La justificación a su nombre tiene varias
aristas interpretativas, o puntos de reflexión desde donde se abre la
perspectiva de investigación temática para nuestra labor vital, más que
académica.
Por el momento es preciso, señalar solo tres elementos fundantes
para nuestro propósito, los cuales se describen brevemente en el siguiente
artículo. El primer elemento que marca la ruta para indagar y reflexionar sobre
huellas, y sendas de apertura propias del mundo de la vida, esto es examinar la determinación
y distinción del término mismo, con respecto a la tradición filosófica y semántica
que lleva la consigna existencia. El segundo elemento, yace en el núcleo de la
perspectiva Heideggeriana, fundamentalmente desde el Capítulo V cuando se hace
la clasificación de los existenciarios, mostrando el encontrarse, el comprender
y el lenguaje como la estructura que da lugar a “La constitución existenciaria
del ahí”. De este punto el propósito central de análisis, surje entorno a los
elementos que están presentes en dicha constitución existenciaria, principalmente
explicitando el término apertura y su relación con la afectividad y
significatividad. Por último, es muy importante dejar sentado que el carácter existenciario
del Da-sein, tiene lugar solo en el mundo de la vida (Lebenswelt) y de ahí que
surja categoricamente, un preguntar por la unidad del hombre, en donde sea
posible señalar elementos subtanciales a la existenciariedad que afirmen la posibilidad
vital en su ahí.
El término existenciario, surje
como término traducido del alemán al español, por Jose Gaos, (1951), trabajo
que sirvió significativamente a la lectura en el idioma español, principalmente
en la comunidad latinoamericana. Por otra parte el profesor Chileno Eduardo
Rivera, después de largos periodos de lectura de la obra en sus seminarios,
inicio la traducción al idioma español desde 1975, cuya labor terminaría en
1995, con la revisión final de la
tercera edición.
De cara a la obra Ser y
Tiempo (SyT), Ya desde la lectura del §3, se inicia la introducción a “la preeminencia
ontológica de la pregunta que interroga por el ser” y en el §4,
“la preeminencia óntica de la pregunta que interroga por el ser”, deteniéndose en
especial sobre este apartado, Heidegger, va a señalar la característica de la
existencia, y su distinción radical, a lo largo del tratado.
De este modo, en la preeminencia
óntica de la pregunta que interroga por el ser, Heidegger Señala:
“Das Dasein versteht sich selbst immer aus seiner Existenz, einer
Möglichkeit seiner selbst, es selbst oder nicht es selbst zu sein. Diese
Möglichkeiten hat das Dasein entweder selbst gewählt oder es ist in sie
hineingeraten oder je schon darin aufgewachsen. Die Existenz wird in der Weise
des Ergreifens oder Versäumens nur vom jeweiligen Dasein selbst entschieden.
Die Frage der Existenz ist immer nur durch das Existieren selbst ins Reine zu
bringen. Das hierbei führende Verständnis seiner selbst nennen wir das
existenzielle. Die Frage der Existenz ist eine ontische »Angele-genheit« des
Daseins”. Es
bedarf hierzu nicht der theoretischen Durchsichtigkeit der ontologischen
Struktur der Existenz. Die Frage nach dieser zielt auf die Auseinanderlegung
dessen, was Existenz konstituiert. Den Zusammenhang dieser Strukturen nennen
wir die Existenzialität. Deren Analytik hat den Charakter nicht eines
existenziellen, sondern existenzialen Verstehens. Die Aufgabe einer
existenzialen Analytik des Daseins ist hinsichtlich ihrer Möglichkeit und
Notwendigkeit in der ontischen Verfassung des Daseins vorgezeichnet”.[1]
La
traducción de José Gaos, señala una postura claramente establecida para el
curso de la obra de Heidegger, entorno a término “existenzialen”, El cual
traduce por Existenciario. Así es de
notarlo en el siguiente fragmento:
Por otra parte, la
traducción de Eduardo Rivera, no se ajusta a la traducción del mismo término utilizado
por Gaos. Para resaltar aún más las diferencias, se lee del mismo §4, en Rivera:
[3]
Resulta, evidente que para
Rivera, el término existencial, se
ajusta mejor al propósito de Heidegger, donde dicho argumento lo intenta
explicitar al final de su exposición en las notas aclaratorias.
“Hemos
traducido por “existentiva” la palabra
existenziell, que Gaos traduce por existencial. Nuestra traducción no es
original; ya había sido utilizada por otros traductores antes. Tiene la ventaja
sobre la palabra “existencial” de que indica mejor lo óntico de la existencia,
que es lo que quiere decir Heidegger con la palabra existenziell. En cambio,
existencial indica más una estructura, y por eso la hemos reservado nosotros
para traducir la palabra alemana existenzial que es la correspondiente palabra
ontológica, que Gaos traduce por existenciario, término que no hemos utilizado
por parecernos extraño y ambiguo”.
De
un modo conclusivo, adoptamos la traducción de Jose Gaos, dadas las
aclaraciones que el mismo Heidegger insiste a lo largo del tratado, precisando por
qué no utiliza términos muy propios de la tradición filosófica, como lo es el
caso de hombre, sustancia, sujeto, etc.
Partiendo
de esta distinción muy incisiva para Heidegger, no consideramos que el término existencia,
sea llevado a lo largo de la Obra, con
el trato o clasificación óntica en que se sido reiterado desde la tradición filosófica.
Nos resulta claro que el término existencia en sentido originario, debe
distinguirse de la clasificación de la tradición, y en ese sentido, parece que
el profesor Jose Gaos, logra apropiarlo, desde el inicio de la obra, lo cual
nos resulta apropiado y legítimo. Sobre todo porque señalar los
existenciales, seria nombrar los meros entes, que están en medio de los
otros entes, individualizados, parcializados o fragmentados. Pero nombrar los existenciarios, debe remitir
con igual sentido sobre los entes que están ahí, pero, es estos entes, cuentan
ya, en la íntima relación con el da-sein, en su proximidad o cercanía con el
ente que les comprende y abre el sentido desde la apertura, que abarca la
afectividad manifiesta en la significatividad. Se tiene entonces que los
existenciarios, desde la reflexión Heidegeriana, posibilitan una comprensión
desde la unidad que constituye al hombre, desde sus orígenes. De esto es lo que
se trata, de encontrarnos de nuevo con nosotros mismos, con lo que vivimos en
el “ahí” del ser.
[1] Heidegger.Martin.Trad.Max Niemeyer Verlag Tübingen 1967. §4,Pag12
[2]
Heidegger.Martin. El ser y el tiempo, Jose Gaos, Fondo de Cultura Económica,
Mexico, 2012. §4,Pag22
[3] Heidegger.Martin.
Ser y Tiempo, Eduardo Rivera, Arcis, Chile, 2006. §4,Pag23
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