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sábado, 14 de marzo de 2015

Sobre el término Existenciario en la obra Ser y Tiempo(SyT) de Martin Heidegger



El nombre de este espacio virtual, se titula: Existenciarius. La justificación a su nombre tiene varias aristas interpretativas, o puntos de reflexión desde donde se abre la perspectiva de investigación temática para nuestra labor vital, más que académica. Por el momento es preciso, señalar solo tres elementos fundantes para nuestro propósito, los cuales se describen brevemente en el siguiente artículo. El primer elemento que marca la ruta para indagar y reflexionar sobre huellas, y sendas de apertura propias del mundo de la vida, esto es examinar la determinación y distinción del término mismo, con respecto a la tradición filosófica y semántica que lleva la consigna existencia. El segundo elemento, yace en el núcleo de la perspectiva Heideggeriana, fundamentalmente desde el Capítulo V cuando se hace la clasificación de los existenciarios, mostrando el encontrarse, el comprender y el lenguaje como la estructura que da lugar a “La constitución existenciaria del ahí”. De este punto el propósito central de análisis, surje entorno a los elementos que están presentes en dicha constitución existenciaria, principalmente explicitando el término apertura y su relación con la afectividad y significatividad. Por último, es muy importante dejar sentado que el carácter existenciario del Da-sein, tiene lugar solo en el mundo de la vida (Lebenswelt) y de ahí que surja categoricamente, un preguntar por la unidad del hombre, en donde sea posible señalar elementos subtanciales a la existenciariedad que afirmen la posibilidad vital en su ahí.
El término existenciario, surje como término traducido del alemán al español, por Jose Gaos, (1951), trabajo que sirvió significativamente a la lectura en el idioma español, principalmente en la comunidad latinoamericana. Por otra parte el profesor Chileno Eduardo Rivera, después de largos periodos de lectura de la obra en sus seminarios, inicio la traducción al idioma español desde 1975, cuya labor terminaría en 1995, con  la revisión final de la tercera edición.
De cara a la obra Ser y Tiempo (SyT), Ya desde la lectura del  §3, se inicia la introducción a “la preeminencia ontológica de la pregunta que interroga por el ser” y en el  §4, “la preeminencia óntica de la pregunta que interroga por el ser”, deteniéndose en especial sobre este apartado, Heidegger, va a señalar la característica de la existencia, y su distinción radical, a lo largo del tratado.
De este modo, en la preeminencia óntica de la pregunta que interroga por el ser, Heidegger Señala:
Das Dasein versteht sich selbst immer aus seiner Existenz, einer Möglichkeit seiner selbst, es selbst oder nicht es selbst zu sein. Diese Möglichkeiten hat das Dasein entweder selbst gewählt oder es ist in sie hineingeraten oder je schon darin aufgewachsen. Die Existenz wird in der Weise des Ergreifens oder Versäumens nur vom jeweiligen Dasein selbst entschieden. Die Frage der Existenz ist immer nur durch das Existieren selbst ins Reine zu bringen. Das hierbei führende Verständnis seiner selbst nennen wir das existenzielle. Die Frage der Existenz ist eine ontische »Angele-genheit« des Daseins”. Es bedarf hierzu nicht der theoretischen Durchsichtigkeit der ontologischen Struktur der Existenz. Die Frage nach dieser zielt auf die Auseinanderlegung dessen, was Existenz konstituiert. Den Zusammenhang dieser Strukturen nennen wir die Existenzialität. Deren Analytik hat den Charakter nicht eines existenziellen, sondern existenzialen Verstehens. Die Aufgabe einer existenzialen Analytik des Daseins ist hinsichtlich ihrer Möglichkeit und Notwendigkeit in der ontischen Verfassung des Daseins vorgezeichnet”.[1]

La traducción de José Gaos, señala una postura claramente establecida para el curso de la obra de Heidegger, entorno a término “existenzialen”,  El cual traduce por Existenciario.  Así es de notarlo en el siguiente fragmento:


                                        [2]


Por otra parte, la traducción de Eduardo Rivera, no se ajusta a la traducción del mismo término utilizado por Gaos. Para resaltar aún más las diferencias, se lee del mismo §4, en Rivera:


                                                       [3]

Resulta, evidente que para Rivera, el término existencial,  se ajusta mejor al propósito de Heidegger, donde dicho argumento lo intenta explicitar al final de su exposición en las notas aclaratorias.

 “Hemos traducido por “existentiva” la palabra existenziell, que Gaos traduce por existencial. Nuestra traducción no es original; ya había sido utilizada por otros traductores antes. Tiene la ventaja sobre la palabra “existencial” de que indica mejor lo óntico de la existencia, que es lo que quiere decir Heidegger con la palabra existenziell. En cambio, existencial indica más una estructura, y por eso la hemos reservado nosotros para traducir la palabra alemana existenzial que es la correspondiente palabra ontológica, que Gaos traduce por existenciario, término que no hemos utilizado por parecernos extraño y ambiguo”.


De un modo conclusivo, adoptamos la traducción de Jose Gaos, dadas las aclaraciones que el mismo Heidegger insiste a lo largo del tratado, precisando por qué no utiliza términos muy propios de la tradición filosófica, como lo es el caso de hombre, sustancia, sujeto, etc.
Partiendo de esta distinción muy incisiva para Heidegger, no consideramos que el término existencia, sea llevado a lo largo de la Obra,  con el trato o clasificación óntica en que se sido reiterado desde la tradición filosófica. Nos resulta claro que el término existencia en sentido originario, debe distinguirse de la clasificación de la tradición, y en ese sentido, parece que el profesor Jose Gaos, logra apropiarlo, desde el inicio de la obra, lo cual nos resulta apropiado y legítimo. Sobre todo porque señalar los existenciales, seria nombrar los meros entes, que están en medio de los otros entes, individualizados, parcializados o fragmentados.  Pero nombrar los existenciarios, debe remitir con igual sentido sobre los entes que están ahí, pero, es estos entes, cuentan ya, en la íntima relación con el da-sein, en su proximidad o cercanía con el ente que les comprende y abre el sentido desde la apertura, que abarca la afectividad manifiesta en la significatividad. Se tiene entonces que los existenciarios, desde la reflexión Heidegeriana, posibilitan una comprensión desde la unidad que constituye al hombre, desde sus orígenes. De esto es lo que se trata, de encontrarnos de nuevo con nosotros mismos, con lo que vivimos en el “ahí” del ser.


[1] Heidegger.Martin.Trad.Max Niemeyer Verlag Tübingen 1967. §4,Pag12
[2] Heidegger.Martin. El ser y el tiempo, Jose Gaos, Fondo de Cultura Económica, Mexico, 2012. §4,Pag22
[3] Heidegger.Martin. Ser y Tiempo, Eduardo Rivera, Arcis, Chile, 2006. §4,Pag23



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