El primer tema abarca al Dasein comprensor, destacando la disposicion afectiva, el comprender y ethos como referentes necesarios para un recorrido loable de lo que se comprende por « apertureidad originaria del estar en el mundo ». En el segundo momento se vincula la dualidad planteada de la comprensión propia e impropia, pretendiendo con ello identificar de manera descriptiva, la « transparencia » y la « comprension común », en tanto momentos del comprender, orientados al horizonte posible de un orden valoratico.
El
segundo tema, explora la
temporeidad, donde se intenta abordar la caracterización
del comprender, la disposición
afectiva y el cuidado. Con la descripción de este marco conceptual,
se pretende abarcar de modo explicito, la inminente correlación no tematizada
que Heidegger hace ver en la temporeidad y los elementos aquí señalados.
El
tercer tema profundiza sobre la temporeidad como fundamento del cuidado,
resaltando el sentido del cuidado, especificamente la esclaracion del término
« sentido » desde Heidegger, para con ello ganar terreno en el ambito
de la comprension, y barcar posteriormente la importancia de la temporeidad
asumida como cuidado, en la reflexión cercana a el valor de lo histórico.
En
cuanto a los actos valorativos, en ningún momento se podría encontrar
explicitamente apartes en Ser y Tiempo, donde Heidegger asuma el problema moral
en toda su amplitud y profundidad. De esto que el analisis de la
existencia humana como unica via de acceso al ser, tome su sentido en la
posibillidad de ser en el mundo.
Heidegger
distingue desde un analisis descriptivo del Dasein, el modo de ser Autentico e
inautentico y sobre esta diferenciación resulta precipitoso considerar
que al establecer esa diferenciación, no lleve consigo ningún sentido moral,
pues como se ve a lo largo de la descripción de Ser y Tiempo, en nada afecta o
anula al ser de la existencia, el hecho que este opte como lo es común, por el
modo inautentico.
Concluyendo, se puede decir que para acercarnos a
un análisis de la comprensión del ser, tendremos que precisar el rol
fundamental que juega el comprender en general dentro de la estructura del
ser-en-el-mundo, pues el mundo y su carácter significativo sólo están abiertos
a partir de la comprensión que tenemos de nosotros mismos. Dicho de otro modo,
para que el mundo tenga el carácter de la significatividad, debe darse como tal
abierto de antemano para nosotros, y la posibilidad de dicha apertura radica en
el comprender.
CAPITULO I
·
El Dasein comprensor.
El comprender en tanto posibilidad de apertura en
la estructura del dirigirse a y
la significatividad, es a su vez la
posibilidad de apertura a la totalidad de la estructura de ser-en-el-mundo en
la que siempre nos vemos involucrados y en la cual se juega nuestro propio ser.
Por
una parte la disposicion afectiva (befindlichkeit) es onticamente lo mas
conocido y cotidiano. Tal disposicion es estar en y a la espera, encaminado
a, y esa posibilidad a esto o aquello confluye con la apertureidad.
La estructura del ser-en-el-mundo viene a
ser la constitución en medio de la cual ya siempre, en cuanto que somos Dasein
estamos en el mundo, esto es:
“Que el Dasein, existiendo en su Ahí,
(por-mor-de-si mismo) significa por una parte, que el mundo es “ahí” (en el
comprender), su ser ahí es el estar-en. (Correlación efectiva en tanto
afectiva) Y éste es, asimismo “ahí”, como aquello por mor de lo cual el Dasein
es”.[1][1]
Este por-mor-de al que se remite
en última instancia toda complejidad de remisión, o dirigirse a, se decanta en el sentido mismo del Dasein. Por
lo cual, éste va fundado a su vez en nuestras propias posibilidades de ser, en
las que siempre nos hemos remitido a nosotros mismos con algún propósito, sea
este último expreso o in-expreso, es decir manifiesto o no.
La comprensión es pre-ontológica y
constituye la posibilidad de todos estos fenómenos, incluyendo la remisión a
nuestra posibilidad de ser más propia. Es la comprensión del mundo dentro de
la cual siempre nos hallamos inmersos en todo trato con lo ente.
La
disposición afectiva[Befindlichkeit] se presenta como lo mas conocido y
cotidiano: Ello es el estado de animo. Con esto se puede decir que el estado de
animo es el modo como se asume nuestra disposición ante lo que se da. Así, En
el sentido mas amplio la disposicion afectiva manifiesta el modo “como uno está y como a uno le va”.
El Dasein siempre se halla en una disposicion
afectiva, esto es estar dispuesto entre un estado de animo sereno y un
reprimido disguto, los cuales confluyen en lo que podria ser una dialectiva de
la vivencia, donde el sustrato constante es la indeterminacion afectiva, con
esto “el ser del ahí”, se ha manifestado como carga.
La disposicion afectiva señala tres determinaciones
fundamentales, la apertura de la condición de arrojado, la apertura de estar en
el mundo en su totalidad y a disposición afectiva del temor.
En resumen, la estructura existencial donde el
dasein, puede ser afectado, solo tiene lugar en tanto que este comparece
Cuando se
establece la pregunta por la comprension, y el caracter valorativo que puede
haber en el fenomeno de la intension, aunque Martin Heidegger no la desarrolla
explicitamente, es preciso, para nuestra investigación ahondar en los elementos
que se muestran en su obra Ser y Tiempo, para con ello intentar aproximar
elementos que eluciden la pregunta por la comprenion en el Dasein y sus
niveles, si es que se puede hablar de ello, en una dimension valorativa o
ética.
En el
paragrafo &31 de la primera parte de Ser y Tiempo, Heidegger demarca el terreno
de reflexión sobre la comprension de la siguiente
manera:
“El
comprender es siempre un comprender afectivamente templado. Si lo interpretamos
como un existencial fundamental, con ello se muestra que este fenomeno es
comprendido como un modo fundamental del ser del Da-sein”.[2][2]
Esto señala
la estrecha cercania entre el comprender y la disposición afectiva o los
estados de animo en el Da-sein, en este sentido se hace necesario para el
ejercicio aclaratorio, abarcar lo que en Heidegger se muestra como la
Disposicion afectiva y la relacion con el miedo.
El Ethos en Heidegger.
El
actuar valorativo, en ningún momento se puede señalar explicitamente en
Ser y Tiempo, sin embargo el analisis de la existencia humana como unica via de
acceso al ser, en tanto vista como estructura integradora de la
afectividad, apertureidad y significatividad, toma su sentido en la
posibillidad de ser en el mundo. Con esto Heidegger distingue desde un analisis
descriptivo del Dasein, el modo de ser Autentico e inautentico y sobre esta
distinción resulta precipitoso considerarle, que no lleva consigo
ningún sentido moral, pues como se ve a lo largo de la descripción de Ser y
Tiempo, en nada afecta o anula al ser de la existencia, el hecho que este opte
como lo es común, por el modo inautentico.
Para
Heidegger su
comprensión de la ética no coincide con la comprensión de esta disciplina
filosófica por parte de
la tradición, ahora, su postura indica desde su comienzo una nueva
comprensión del hombre mismo. De esta nueva dimensión del pensar emerge su
planteamiento ético originario
Las
reflexiones sobre el habitar, la relación con el ser, el lugar de residencia
esencial, la disposición afectiva fundamental (Grundstimmung)
y el ethos
son los temas expresos en que Heidegger articula su planteamiento ético.
Como deja ver claramente el siguiente pasaje, su pensar está inspirado en gran
medida por la ética. Como se sabe, la palabra griega
ethos
posee dos acepciones: por un lado quiere decir hábito,
costumbre, y es predominantemente con este significado
que se desarrolla la comprensión ética de Aristóteles ( ). Por otro lado,
significa lugar de habitación, lugar de residencia del hombre, concepción
que encontramos en Heráclito ( )y con la cual se orienta fundamentalmente
la comprensión ética de Heidegger.
Heidegger
usó el término ‘ética’ con muchas reservas porque trataba de evitar
que su propia comprensión de la ética se asociara a la ética fundada metafísicamente,
lo cual habría tenido un efecto desorientador. Esto no impide,
sin embargo, que Heidegger tome posición de vez en cuando en relación
con la ética. Un indicio de que su pensar está inspirado por la ética es acaso la
circunstancia de que la Carta sobre el
humanismo contenga numerosas indicaciones éticas, cuanto más que
este escrito vale como el más
importante documento de autointerpretación de Heidegger.
Este
artículo, muy citado por
los estudiosos del pensamiento de Heidegger y que está
dirigida al filósofo francés Jean Beaufret, corresponde a una estación del
filosofar de Heidegger en que él mismo hace un alto y trata de aclararse el
camino de pensamiento recorrido. Al respecto resulta significativo que en
el curso de esta autointerpretación intercale una explicación sobre las reservas
con que usará la palabra “ética”. Si se quiere reconstrur el planteamiento
ético de Heidegger se debe tener en cuenta este hecho.
Heidegger
plantea el discurso de la “ética originaria” por primera vez en
la
Carta sobre el humanismo, en un apartado, así:
“Pues
bien, si de acuerdo con el significado fundamental de la palabra el término
ética quiere
decir que con él se piensa la estancia del hombre, entonces el pensar que piensa la verdad del ser
como elemento inicial del hombre en cuanto existente
es ya en sí mismo la ética originaria.”
Desde
luego, Heidegger no podía admitir abiertamente que el pensar del ser
contuviera una ética originaria”. Tal confesión hubiera significado en ese
momento un caldo de cultivo para una interpretación ético-existencial de
su pensamiento, cosa que ya de por sí estaba en marcha. A pesar de ello,
podemos sostener que no es casual que se hable aquí de una “ética originaria”.
El
título no es tampoco producto de la irreflexión o la espontaneidad,
sino una fórmula largamente meditada. Esta reserva en el empleo del
término “ética” era pertinente en tiempos de un “existencialismo” enboga.
El
ethos
está constituido por la relación que guarda el hombre con la totalidad
del ente y a la vez con el ser. En este sentido el
ethos
es histórico,
y está impregnado a su vez, como veremos más adelante, por una disposición
afectiva fundamental (Grundstimmung).
En
este pasaje, de extrema importancia a los efectos de nuestra indagación,
se advierte claramente que Heidegger toma distancia de la concepción ética
mantenida por la tradición, al tiempo que nos revela su propia concepción de la
ética. Hay, según nuestra tesis, un sentido originario de ética,
como hay un sentido originario de verdad. Es decir, Heidegger no invalida
la concepción tradicional de la ética que, como veremos más adelante,
asimila a una teoría de las costumbres, de la virtud y de los valores. Sin
embargo, la concepción tradicional encuentra su fundamento en la “ética
originaria” proclamada por Heidegger mismo. Desde luego, queda por preguntar
por qué utiliza Heidegger el discurso de la “ética originaria” sólo con
muchas reservas, lo cual contrasta manifiestamente con el discurso de la
“verdad originaria”. De nueva cuenta encontramos un indicio en la
Carta sobre el humanismo, donde Heidegger dice: Entre
tanto he aprendido a darme cuenta de que precisamente esos términos (ética
y ontología) tenían que conducir irremediable y directamente al error. En efecto,
dichos nombres y el lenguaje conceptual que les corresponde no vuelven
a ser pensados nunca por el lector a partir del asunto que hay que pensar
primero, sino que este asunto es el que acaba siendo representado a partir de esos
términos que han quedado atrapados en su significado habitual.35 Nuestra
tesis es que la “ética originaria” de Heidegger se relaciona con la
ética tradicional de la misma manera como su concepción de la verdad originaria
en términos de
aletheia
se relaciona con la noción tradicional de la verdad como
correspondencia. Heidegger remite a un ethos
que es anterior
y condición de posibilidad de la ética en su sentido habitual, de la
misma manera que la
aletheia
como desocultamiento es el presupuesto de la verdad como
orrespondencia. Es decir, Heidegger no condena la
ética tradicional, sino que ubica su fundamento en la ética originaria. Sólo
cuando el “lugar de residencia esencial” del hombre es pensado en Por
eso se puede decir que la falta de un pensar del
ethos
del hombre forma
parte del olvido del ser proclamado por Heidegger. En la medida en
que la metafísica concibe el mundo como un ámbito situado frente al hombre, no
puede alcanzar la dimensión originaria del
ethos.
Por eso la pregunta
por la “ética originaria” sólo puede ser planteada y respondida mediante
el desarrollo de la pregunta por el ser. Heidegger no plantea la
pregunta por el ser del hombre, en primer término,
en relación con el logos,
sino que, para él, se trata de captar primero el ser del hombre a partir de su
ethos:
Para empezar partimos de
la pregunta misma por la ética, la cual se halla fundada en el término Ëthos, "Ethos" indica el significado de “morada
o lugar donde habitan los hombres"; pareciera que fue el poeta Homero el
primero en dar esta primera acepción. Posteriormente Aristóteles se encarga de
otorgar un segundo sentido a este ethos, entendiéndolo como "hábito:
carácter o modo de ser derivado de la costumbre" o conducta fija que va
formando el hombre a lo largo de su existencia.
El éthos, pues, al entenderse como un hábito o
costumbre adquiridos, constituye para la tradición griega una segunda
naturaleza. Se trata de una creación genuina y necesaria del hombre, pues éste,
desde el momento en que se organiza en sociedad, siente la necesidad imperiosa
de crear reglas para regular su comportamiento y permitir modelar así su
carácter.
El uso que se ha generalizado en Sociología es el
punto de partida de las ideas que conforman el carácter de determinado sistema
o escuela de pensamiento. Es el lugar o ámbito intelectual desde donde se
conforma una unidad teórica.
A)
La comprensión del ser como momento fundante de la posibilidad del
pormor-de-sí.
Hemos
visto que gracias a la comprensión del ser que subyace de antemano a toda
ocupación del Dasein en medio del mundo, el Dasein se encuentra siempre
familiarizado de algún modo con el mundo. El modo en que siempre nos
encontramos familiarizados con él es la significatividad anudada a la
comprensión de ser, lo que no quiere decir otra cosa que, en nosotros, en el
Dasein en cuanto ser-en-el-mundo, siempre subyace la comprensión de ser. La
comprensión del ser no es algo así como una propiedad de la cual nos pudiésemos
desprender o de la que se pueda prescindir, sino que más bien siempre que
encontremos algo así como Dasein, daremos también con ella. La comprensión de
ser, es la posibilidad de que nuestro propio ser no nos sea de ninguna manera
indiferente, pues precisamente es desde esa comprensión desde la cual existimos
y nos desenvolvemos en medio del mundo cotidiano.
Llegados
a este punto, es preciso referirse a lo que constituye dicha comprensión
del ser. Para acercarnos a dicha comprensión del ser, tendremos que precisar el
rol fundamental que juega el comprender en general dentro de la estructura del
ser-en-elmundo, pues el
mundo y su carácter significativo sólo están abiertos a partir de la
comprensión que tenemos de nosotros mismos. Dicho de otro modo, para que el mundo tenga el
carácter de la significatividad, debe yacer como tal abierto de antemano para
nosotros, y la posibilidad de dicha apertura radica en el comprender. El
comprender en tanto posibilidad de apertura al por-mor-de en la estructura
remisional (poder dirigirme a elección y la desicion) y a la significatividad,
es a su vez la posibilidad de apertura a la totalidad de la estructura de
ser-en-el-mundo en la que siempre nos vemos involucrados y en la cual se juega
nuestro propio ser. El comprender “es el existencial del propio poder-ser del
Dasein mismo, de tal manera que este ser abre en sí mismo lo que pasa consigo
mismo”6. El comprender tiene el sentido de “poder hacer frente” a algo. Ahora
bien el comprender no hace frente a una cosa que esté ahí en términos
categoriales, sino que a lo que hace a frente tiene el modo de ser del existir
(Existenz); el comprender es un existencial, es decir, es un constitutivo
inescrutable del modo de ser del Dasein.
El
Dasein no es una cosa que esté ahí meramente presente y que tenga la facultad
de poder esto o lo otro, sino que fundamentalmente él es siempre un
ser-posible. Y precisamente este modo de ser que es el ser-posible está fundado
en el comprender que el Dasein siempre trae consigo. El Dasein es siempre posibilidad y ello incumbe a
la ocupación que anteriormente analizamos y al trato con los otros y todo ello
siempre en el horizonte de la posibilidad de remitirse a sí mismo, de la
posibilidad del por-mor-de-sí. La posibilidad que es siempre el Dasein
se distingue de la posibilidad en sentido lógico y de la posibilidad en cuanto
categoría del ente que está ahí, en el sentido de que éste sea pura potencia y
un todavía no llegar a ser real, o en el sentido de lo que nunca es necesario
que sea. No se trata de
que el Dasein sea primero posibilidad y que después llegue a ser lo que
propiamente él es, sino que el Dasein es ontológicamente, por esencia y por
entero posibilidad. Lo que abre el comprender es siempre la totalidad de
la estructura del ser-en-el-mundo. Así, en el trato con el ente intramundano, el mundo yace abierto no sólo
en el modo de la significatividad, sino que yace abierto en función de las
posibilidades del Dasein en cuanto comprensor. Lo a la mano queda
abierto en las posibilidades de su utilibizabilidad, empleabilidad, o
perjudicialidad que yacen de algún modo comprendidos en el Dasein. A su vez la
totalidad respeccional queda abierta en cuanto la posibilidad que interconecta
a los entes a la mano. Y por último, también la naturaleza en cuanto unidad de
los entes que están ahí, sólo yace abierta de acuerdo a nuestras propias
posibilidades de comprensión de la misma. Dicha comprensión que abre lo a la
mano, los complejos remisionales, y a la naturaleza misma, no es otra que la
comprensión de ser implícita en el comprenderse a sí mismo del Dasein en tanto
que ser-en-el-mundo. El comprender deja abierto al Dasein hacia estos ámbitos,
puesto que en él se abren también el por-mor-de y el mundo con el carácter de
la significatividad.
De
este modo, en el comprender queda abierto el “Ahí” (Da) del Dasein, en cuanto
que en este “ahí” él siempre comprende de algún modo sus posibilidades.
Ahora
bien, ya que el comprender siempre es un comprender afectivamente dispuesto,el
Dasein queda arrojado a esas posibilidades pudiendo extraviarse de sí mismo o
malentendiéndose. El Dasein puede comprender ese “ahí” haciéndolo para sí
transparente o no. Ahora bien, ¿cómo es que el comprender puede penetrar en ese
“ahí”? , ¿Qué carácter debe tener el comprender para que le sea posible la
apertura de todos los ámbitos anteriormente mencionados?
En el comprender yace la posibilidad de
apertura hacia el mundo,
puesto que tiene el carácter de proyecto (Entwurf). En el comprender el Dasein se proyecta al
por-mor-de
y a la significatividad del mundo, mundo en
cuanto el ahí, el Da que le es propio.
Gracias
al comprender, este ahí como constitutivo del ser-en-el-mundo queda abierto en
cuanto poder-ser. En el comprender en cuanto proyecto yacen ontológicamente
abiertas nuestras posibilidades fácticas. El Dasein está arrojado a esas
posibilidades en cuanto comprensor de las mismas. En cuanto que el Dasein es,
siempre ha de comprenderse desde posibilidades, puesto que el comprender en
cuanto proyecto “es el modo de ser del Dasein en el que éste es sus
posibilidades como posibilidades”7.
Ahora
bien, el carácter proyectivo del comprender no radica en un carácter
planificador, de manera que el Dasein pudiese planificar su propio ser de
manera temática y explícita, pues de esta forma lo tematizado en cuanto
planificación privaría a lo proyectado de su carácter de posibilidad. El
proyectar del comprender no tiene la forma de ser de una tematización, sino que
precisamente es lo que permite que la posibilidad se muestre en cuanto tal.
Indice
CAPITULO 1: la comprension en la
estructura existenciaria del cuidado.
·
El Dasein
comprensor.
-
El ethos y la comprension.
-
La distincion de la comprensión propia e impropia.
·
La
temporeidad propia e impropia.
-
Disposición afeciva
-
El miedo y la angustia
·
La
temporeidad como fundamento del cuidado.
-
El sentido del cuidado
-
Lo sido y la temporeidad
Bibliografía
Basica:
-HEIDEGGER, Martín, “Ser y Tiempo”, Trotta,
Madrid-España. 2003.
Bibliografía
Complementaria:
-HEIDEGGER, Martin, Cartas sobre el humanismo.
Editorial Madrid. 2001.
-HEIDEGGER, Martín, “Ser y Tiempo”, Trotta,
Madrid-España. 1997.(Trad.Jose Gaos)
-HEIDEGGER, Martín, El concepto del Tiempo,
Mínima Trotta. Sagasta-Madrid, 1999.
-HEIDEGGER, Martín. Lógica (Lecciones)
.Antrhopos.Madrid-España.1995.
-HEIDEGGER,
Martín. ¿Qué es la filosofía? Herder.Barcelona-España.2004.
-BOTERO URIBE,
Dario. Martin Heidegger: La Filosofía del regreso a casa, BuenaSemilla.
Bogota-Colombia. 2004.
-GONZALEZ ROZO,
Mauricio, Fuera de Casa o de la Existencia Impropia. Corcas.
Bogotá-Colombia.2005.
-GAOS, José,
Introducción a el Ser y el Tiempo en Martin Heidegger, Fondo de Cultura
Ecónomica. Mexico. 1996.
Bibliografía
Basica:
-HEIDEGGER, Martín, “Ser y Tiempo”, Trotta,
Madrid-España. 1997. &68-Pag330.
Bibliografía
Complementaria:
-HEIDEGGER, Martin, Cartas sobre el humanismo.
Editorial Madrid. 2001.
-HEIDEGGER, Martín, “Ser y Tiempo”, Trotta,
Madrid-España. 1997.(Trad.Jose Gaos)
-HEIDEGGER, Martín, El concepto del Tiempo,
Mínima Trotta. Sagasta-Madrid, 1999.
-HEIDEGGER, Martín. Lógica (Lecciones)
.Antrhopos.Madrid-España.1995.
-HEIDEGGER,
Martín. ¿Qué es la filosofía? Herder.Barcelona-España.2004.
-BOTERO URIBE,
Dario. Martin Heidegger: La Filosofía del regreso a casa, BuenaSemilla.
Bogota-Colombia. 2004.
-GONZALEZ ROZO,
Mauricio, Fuera de Casa o de la Existencia Impropia. Corcas.
Bogotá-Colombia.2005.
-GAOS, José,
Introducción a el Ser y el Tiempo en Martin Heidegger, Fondo de Cultura
Ecónomica. Mexico. 1996.
La comprensión en la estructura
existenciaria del cuidado.
Tratar de resolver la pregunta, que está a la base
de este proyecto de investigación, tiene como proposito encontrarle el
sentido que Heidegger le da a la cura, o el sentido del cuidado (sorge). De ahi
que tome lugar la pregunta a ¿Qué se comprende y que sentido se le otorga al
cuidado a la luz de Ser y Tiempo?
El cuidado para heidegger, en rastreo a la obra ser
y tiempo, se aparta substancialmente del concepto de cuidado, en el sentido
común de asistir al otro.
Para Heidegger, en seguimiento al paragrafo 65,
expone la temporeidad como sentido ontológico del cuidado, donde hace un
matiz preciso de lo que seria el cuidado. La distinción la establece en
el sentido de señalar como el cuidado, está a la base de lo que seria la
temporeidad como tal, es decir la unidad originaria de la estructura del
cuidado es la temporeidad, ahora bien, esta temporeidad para Heidegger tiene
dos connotaciones, la cual está asumida en la dualidad de la temporeidad propia
y la temporeidad impropia.
Las dos temporeidades hacen parte de la
apertureidad que se da en el Dasein. Ahora, ¿que seria la temporeidad propia en
Heidegger? La respuesta en la que se referiria y que esta en estrecha relación
con el cuidado, se encuentra en el concepto de tiempo y en lo que Heidegger
describe en la concepcion de este. Con esto se hace la separación, entre lo que
el distingue como tiempo vulgar o el tiempo del reloj, y el tiempo originario.
Para Heidegger este ultimo hace referencia al
sentido o la remision, (con una definicion estricta del término) lo cual es lo
que posibilita al Dasein ser de manera autentica, en su despliege en el mundo.
Ahora ese sentido originario tiene lugar cuando el dasein toma distancia del
concepto vulgar del tiempo, Lo cual se entiende como la partidura
temtizada que se ha establecido convencionalmente, desde lo pasado presente y
futuro.
Para este pensador, la estructura del cuidado, la
temporeidad, estaría, en esos momentos, ya no parcializados o tematizados, sino
en una integra unidad del Dasein, y esa integridad Heidegger la revela como el
presente, referido a lo pasado, pero, proyectado hacia el futuro, es decir
asumir el aquí y el ahora, teniendo como vilo existencial, o como horizonte
existencial lo sido, o lo acontecido en esencia. Esta forma nos señala de
alguna manera, cómo esta apreciacion de la temporeidad Heideggeriana, se
encuentra ineludiblemente vinculada al presente, un presente continuo no
tematizado, que estaría al mismo tiempo proyectado al futuro, en lo cual toma
sentido el concepto de lo sido en tanto unidad integridadora. Asi:
“El comprender se funda primariamente en el futuro;
en cambio la disposicion afectiva se temporiza primariamente en el haber-sido.
El estado de animo se temporiza, y esto quiere decir que su extasis especifico,
pertenece a un futuro y a un presente, pero de tal modo que el haber sido,
modifica los otros éxtasis cooriginarios”[3][3]
Por otra parte, es importante señalar la
insistencia de Heidegger sobre la proyección al futuro. De ahí que la
estructura fundamental del cuidado tome sentido en el futuro, y esta proyección
es lo que detemina la condicion misma del Dasein, en tanto finitud que se
proyecta al futuro con el estrecho vinculo que el dasein tiene consigo mismo.
En esta afimación tal proximidad al futuro, Heidegger la manifiesta en la
Muerte. Pues es la muerte la que le da el sentido de finitud al Dasein en tanto
posibilidad suya y proxima.
Es muy insistente la critica de este
pensador, entorno a la tradición metafisica del pensamiento de Occidente,
en la que el problema del tiempo, no ha sifo abordado en a profundidad.
Como punto final se diría que es en el fenomeno de
la cura donde el fenomeno de la comprension, valorativo, en tanto apropiación
del sentido mismo por-mor-de lo que somos.
Es decir, encontrar el sentido donde
recorremos la historicidad que toma lugar en la temporeidad que es lo que
caracteriza al Dasein, en su existir. De esta manera es indispensable explorar
el sentido de la cura como la posibilidad histórica del Dasein, donde este
puede desplegar sus multiples posibilidades como ser en el mundo.
Concluyendo el presente capítulo buscó
explorar y señalar las correlaciones existenciarias en el comprender desde las
implicaciones de un actuar valorativo, esta comprensión resulta desde su inicio
problematica y ambigua, en el sentido de no sentarse de modo explicito, una
exposición de Heidegger, sobre la cuestión ética en el ambito de la
comprensión, estrictamente a la luz de Ser y Tiempo (1927). Aun así interesa
ingadar por un actuar valorativo desde ST, retomando la publicación carta sobre
el Humanismo[4][4], explorando desde esta cuestión la relación
entre el comprender y los juicios de valor que surgen desde descripcion de la
analitica existenciaria.
[4][4] Se aborda la lectura de este texto, dado
que aunque se distancia cronologicamente de Ser y Tiempo 1927 con respecto al
año 1946, es el texto donde el autor asume el tema explicitamente.
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