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domingo, 17 de noviembre de 2013

El comprender en la estructura existenciaria del Cuidado.

El siguiente bosquejo introductorio al presente capítulo, se centra en tres aspectos relacionados íntimamente con la dimensión ética del Dasein en su dialéctica de lo propio e impropio. Con ello el propósito centra su objetivo en exponer de forma descriptiva y argumentativa los elementos existenciarios de la comprensión y las implicaciones con la dimensión valorativa.    
El primer tema abarca al Dasein comprensor, destacando la disposicion afectiva, el comprender y ethos como referentes necesarios para un recorrido loable de lo que se comprende por « apertureidad originaria del estar en el mundo ». En el segundo momento se vincula la dualidad planteada  de la comprensión propia e impropia, pretendiendo con ello identificar de manera descriptiva, la « transparencia » y la « comprension común », en tanto momentos del comprender, orientados al horizonte posible de un orden valoratico.
El segundo tema,  explora la temporeidad, donde se intenta abordar la caracterización del comprender, la disposición afectiva y el cuidado. Con la descripción  de este marco conceptual, se pretende abarcar de modo explicito, la inminente correlación no tematizada que Heidegger hace ver en la temporeidad y los elementos aquí señalados. 
El tercer tema profundiza sobre la temporeidad como fundamento del cuidado, resaltando el sentido del cuidado, especificamente la esclaracion del término « sentido » desde Heidegger, para con ello ganar terreno en el ambito de la comprension, y barcar posteriormente la importancia de la temporeidad asumida como cuidado, en la reflexión cercana a el valor de lo histórico.
En cuanto a los actos valorativos, en ningún momento se podría encontrar explicitamente apartes en Ser y Tiempo, donde Heidegger asuma el problema moral en toda su amplitud y profundidad.  De esto que el analisis de la existencia humana como unica via de acceso al ser,  tome su sentido en la posibillidad de ser en el mundo.
Heidegger distingue desde un analisis descriptivo del Dasein, el modo de ser Autentico e inautentico y sobre esta diferenciación resulta  precipitoso considerar que al establecer esa diferenciación, no lleve consigo ningún sentido moral, pues como se ve a lo largo de la descripción de Ser y Tiempo, en nada afecta o anula al ser de la existencia, el hecho que este opte como lo es común, por el modo inautentico.
Concluyendo, se puede decir que para acercarnos a un análisis de la  comprensión del ser, tendremos que precisar el rol fundamental que juega el comprender en general dentro de la estructura del ser-en-el-mundo, pues el mundo y su carácter significativo sólo están abiertos a partir de la comprensión que tenemos de nosotros mismos. Dicho de otro modo, para que el mundo tenga el carácter de la significatividad, debe darse como tal abierto de antemano para nosotros, y la posibilidad de dicha apertura radica en el comprender.


CAPITULO I

·         El Dasein comprensor.
El comprender en tanto posibilidad de apertura en la estructura del dirigirse a y  la significatividad, es a su vez la posibilidad de apertura a la totalidad de la estructura de ser-en-el-mundo en la que siempre nos vemos involucrados y en la cual se juega nuestro propio ser. Por una parte la disposicion afectiva (befindlichkeit) es onticamente lo mas conocido y cotidiano. Tal disposicion es estar en y a la espera, encaminado a, y esa posibilidad a esto o aquello confluye con la apertureidad.  
La estructura del ser-en-el-mundo viene a ser la constitución en medio de la cual ya siempre, en cuanto que somos Dasein estamos en el mundo, esto es:
“Que el Dasein, existiendo en su Ahí, (por-mor-de-si mismo) significa por una parte, que el mundo es “ahí” (en el comprender), su ser ahí es el estar-en. (Correlación efectiva en tanto afectiva) Y éste es, asimismo “ahí”, como aquello por mor de lo cual el Dasein es”.[1][1]
Este por-mor-de al que se remite en última instancia toda complejidad de remisión, o dirigirse a,  se decanta en el sentido mismo del Dasein. Por lo cual, éste va fundado a su vez en nuestras propias posibilidades de ser, en las que siempre nos hemos remitido a nosotros mismos con algún propósito, sea este último expreso o in-expreso, es decir manifiesto o no.
La comprensión es pre-ontológica y constituye la posibilidad de todos estos fenómenos, incluyendo la remisión a nuestra posibilidad de ser más propia. Es la comprensión del mundo dentro de la cual siempre nos hallamos inmersos en todo trato con lo ente.
La disposición afectiva[Befindlichkeit] se presenta como lo mas conocido y cotidiano: Ello es el estado de animo. Con esto se puede decir que el estado de animo es el modo como se asume nuestra disposición ante lo que se da. Así, En el sentido mas amplio la disposicion afectiva manifiesta el modo “como uno está y como a uno le va”.
El Dasein siempre se halla en  una disposicion afectiva, esto es estar dispuesto entre un estado de animo sereno y un reprimido disguto, los cuales confluyen en lo que podria ser una dialectiva de la vivencia, donde el sustrato constante es la indeterminacion afectiva, con esto “el ser del ahí”, se ha manifestado como carga.
La disposicion afectiva señala tres determinaciones fundamentales, la apertura de la condición de arrojado, la apertura de estar en el mundo en su totalidad y a disposición afectiva del temor.
En resumen, la estructura existencial donde el dasein, puede ser afectado, solo tiene lugar en tanto que este comparece
Cuando se establece la pregunta por la comprension, y el caracter valorativo que puede haber en el fenomeno de la intension, aunque Martin Heidegger no la desarrolla explicitamente, es preciso, para nuestra investigación ahondar en los elementos que se muestran en su obra Ser y Tiempo, para con ello intentar aproximar elementos que eluciden la pregunta por la comprenion en el Dasein y sus niveles, si es que se puede hablar de ello, en una dimension valorativa o ética.
En el paragrafo &31 de la primera parte de Ser y Tiempo, Heidegger demarca el terreno de reflexión sobre la comprension de la siguiente manera:       
“El comprender es siempre un comprender afectivamente templado. Si lo interpretamos como un existencial fundamental, con ello se muestra que este fenomeno es comprendido como un modo fundamental del ser del Da-sein”.[2][2]

Esto señala la estrecha cercania entre el comprender y la disposición afectiva o los estados de animo en el Da-sein, en este sentido se hace necesario para el ejercicio aclaratorio, abarcar lo que en Heidegger se muestra como la Disposicion afectiva y la relacion con el miedo.


El Ethos en Heidegger.
El actuar  valorativo, en ningún momento se puede señalar explicitamente en Ser y Tiempo, sin embargo el analisis de la existencia humana como unica via de acceso al ser,  en tanto vista como estructura integradora de la afectividad, apertureidad y significatividad,  toma su sentido en la posibillidad de ser en el mundo. Con esto Heidegger distingue desde un analisis descriptivo del Dasein, el modo de ser Autentico e inautentico y sobre esta distinción resulta  precipitoso considerarle, que  no lleva consigo ningún sentido moral, pues como se ve a lo largo de la descripción de Ser y Tiempo, en nada afecta o anula al ser de la existencia, el hecho que este opte como lo es común, por el modo inautentico.

Para Heidegger su comprensión de la ética no coincide con la comprensión de esta disciplina filosófica por parte de la tradición, ahora, su postura indica desde su  comienzo una nueva comprensión del hombre mismo. De esta nueva dimensión del pensar emerge su planteamiento ético originario
Las reflexiones sobre el habitar, la relación con el ser, el lugar de residencia esencial, la disposición afectiva fundamental (Grundstimmung) y el ethos son los temas expresos en que Heidegger articula su planteamiento ético. Como deja ver claramente el siguiente pasaje, su pensar está inspirado en gran medida por la ética. Como se sabe, la palabra griega ethos posee dos acepciones: por un lado quiere decir hábito, costumbre, y es predominantemente con este significado que se desarrolla la comprensión ética de Aristóteles ( ). Por otro lado, significa lugar de  habitación, lugar de residencia del hombre, concepción que encontramos en Heráclito ( )y con la cual se orienta fundamentalmente la comprensión ética de Heidegger.    

Heidegger usó el término ‘ética’ con muchas reservas porque trataba de evitar que su propia  comprensión de la ética se asociara a la ética fundada metafísicamente, lo cual habría tenido un efecto desorientador. Esto no impide, sin embargo, que Heidegger tome posición de vez en cuando en relación con la ética. Un indicio de que su pensar está inspirado por la ética es acaso la circunstancia de que la Carta sobre el humanismo contenga numerosas indicaciones éticas, cuanto más que este escrito vale como el más importante documento de autointerpretación de Heidegger.
Este  artículo, muy citado por los estudiosos del pensamiento de Heidegger y que está dirigida al filósofo francés Jean Beaufret, corresponde a una estación del filosofar de Heidegger en que él mismo hace un alto y trata de aclararse el camino de pensamiento recorrido. Al respecto resulta significativo que en el curso de esta autointerpretación intercale una explicación sobre las reservas con que usará la palabra “ética”. Si se quiere reconstrur el planteamiento ético de Heidegger se debe tener en cuenta este hecho.

Heidegger plantea el discurso de la “ética originaria” por primera vez en la Carta sobre el humanismo, en un apartado, así:

 “Pues bien, si de acuerdo con el significado fundamental de la palabra el término ética quiere decir que con él se piensa la estancia del hombre, entonces el pensar que piensa la verdad del ser como elemento inicial del hombre en cuanto existente es ya en sí mismo la ética originaria.”

Desde luego, Heidegger no podía admitir abiertamente que el pensar del ser contuviera una ética originaria”. Tal confesión hubiera significado en ese momento un caldo de cultivo para una interpretación ético-existencial de su pensamiento, cosa que ya de por sí estaba en marcha. A pesar de ello, podemos sostener que no es casual que se hable aquí de una “ética originaria”.
El título no es tampoco producto de la irreflexión o la espontaneidad, sino una fórmula largamente meditada. Esta reserva en el empleo del término “ética” era pertinente en tiempos de un “existencialismo” enboga. El ethos está constituido por la relación que guarda el hombre con la totalidad del ente y a la vez con el ser. En este sentido el ethos es histórico, y está impregnado a su vez, como veremos más adelante, por una disposición afectiva fundamental (Grundstimmung). En este pasaje, de extrema importancia a los efectos de nuestra indagación, se advierte claramente que Heidegger toma distancia de la concepción ética mantenida por la tradición, al tiempo que nos revela su propia concepción de la ética. Hay, según nuestra tesis, un sentido originario de ética, como hay un sentido originario de verdad. Es decir, Heidegger no invalida la concepción tradicional de la ética que, como veremos más adelante, asimila a una teoría de las costumbres, de la virtud y de los valores. Sin embargo, la concepción tradicional encuentra su fundamento en la “ética originaria” proclamada por Heidegger mismo. Desde luego, queda por preguntar por qué utiliza Heidegger el discurso de la “ética originaria” sólo con muchas reservas, lo cual contrasta manifiestamente con el discurso de la “verdad originaria”. De nueva cuenta encontramos un indicio en la Carta sobre el humanismo, donde Heidegger dice: Entre tanto he aprendido a darme cuenta de que precisamente esos términos (ética y ontología) tenían que conducir irremediable y directamente al error. En efecto, dichos nombres y el lenguaje conceptual que les corresponde no vuelven a ser pensados nunca por el lector a partir del asunto que hay que pensar primero, sino que este asunto es el que acaba siendo representado a partir de esos términos que han quedado atrapados en su significado habitual.35 Nuestra tesis es que la “ética originaria” de Heidegger se relaciona con la ética tradicional de la misma manera como su concepción de la verdad originaria en términos de aletheia se relaciona con la noción tradicional de la verdad como correspondencia. Heidegger remite a un ethos que es anterior y condición de posibilidad de la ética en su sentido habitual, de la misma manera que la aletheia como desocultamiento es el presupuesto de la verdad como orrespondencia. Es decir, Heidegger no condena la ética tradicional, sino que ubica su fundamento en la ética originaria. Sólo cuando el “lugar de residencia esencial” del hombre es pensado en Por eso se puede decir que la falta de un pensar del ethos del hombre forma parte del olvido del ser proclamado por Heidegger. En la medida en que la metafísica concibe el mundo como un ámbito situado frente al hombre, no puede alcanzar la dimensión originaria del ethos. Por eso la pregunta por la “ética originaria” sólo puede ser planteada y respondida mediante el desarrollo de la pregunta por el ser. Heidegger no plantea la pregunta por el ser del hombre, en primer término, en relación con el logos, sino que, para él, se trata de captar primero el ser del hombre a partir de su ethos:

Para empezar partimos de la pregunta misma por la ética, la cual se halla fundada en el término Ëthos, "Ethos" indica el significado de “morada o lugar donde habitan los hombres"; pareciera que fue el poeta Homero el primero en dar esta primera acepción. Posteriormente Aristóteles se encarga de otorgar un segundo sentido a este ethos, entendiéndolo como "hábito: carácter o modo de ser derivado de la costumbre" o conducta fija que va formando el hombre a lo largo de su existencia.
El éthos, pues, al entenderse como un hábito o costumbre adquiridos, constituye para la tradición griega una segunda naturaleza. Se trata de una creación genuina y necesaria del hombre, pues éste, desde el momento en que se organiza en sociedad, siente la necesidad imperiosa de crear reglas para regular su comportamiento y permitir modelar así su carácter.
El uso que se ha generalizado en Sociología es el punto de partida de las ideas que conforman el carácter de determinado sistema o escuela de pensamiento. Es el lugar o ámbito intelectual desde donde se conforma una unidad teórica.


A) La comprensión del ser como momento fundante de la posibilidad del pormor-de-sí.
Hemos visto que gracias a la comprensión del ser que subyace de antemano a toda ocupación del Dasein en medio del mundo, el Dasein se encuentra siempre familiarizado de algún modo con el mundo. El modo en que siempre nos encontramos familiarizados con él es la significatividad anudada a la comprensión de ser, lo que no quiere decir otra cosa que, en nosotros, en el Dasein en cuanto ser-en-el-mundo, siempre subyace la comprensión de ser. La comprensión del ser no es algo así como una propiedad de la cual nos pudiésemos desprender o de la que se pueda prescindir, sino que más bien siempre que encontremos algo así como Dasein, daremos también con ella. La comprensión de ser, es la posibilidad de que nuestro propio ser no nos sea de ninguna manera indiferente, pues precisamente es desde esa comprensión desde la cual existimos y nos desenvolvemos en medio del mundo cotidiano.

Llegados a este punto, es preciso referirse a lo que  constituye dicha comprensión del ser. Para acercarnos a dicha comprensión del ser, tendremos que precisar el rol fundamental que juega el comprender en general dentro de la estructura del ser-en-elmundo, pues el mundo y su carácter significativo sólo están abiertos a partir de la comprensión que tenemos de nosotros mismos. Dicho de otro modo, para que el mundo tenga el carácter de la significatividad, debe yacer como tal abierto de antemano para nosotros, y la posibilidad de dicha apertura radica en el comprender. El comprender en tanto posibilidad de apertura al por-mor-de en la estructura remisional (poder dirigirme a elección y la desicion) y a la significatividad, es a su vez la posibilidad de apertura a la totalidad de la estructura de ser-en-el-mundo en la que siempre nos vemos involucrados y en la cual se juega nuestro propio ser. El comprender “es el existencial del propio poder-ser del Dasein mismo, de tal manera que este ser abre en sí mismo lo que pasa consigo mismo”6. El comprender tiene el sentido de “poder hacer frente” a algo. Ahora bien el comprender no hace frente a una cosa que esté ahí en términos categoriales, sino que a lo que hace a frente tiene el modo de ser del existir (Existenz); el comprender es un existencial, es decir, es un constitutivo inescrutable del modo de ser del Dasein.

El Dasein no es una cosa que esté ahí meramente presente y que tenga la facultad de poder esto o lo otro, sino que fundamentalmente él es siempre un ser-posible. Y precisamente este modo de ser que es el ser-posible está fundado en el comprender que el Dasein siempre trae consigo. El Dasein es siempre posibilidad y ello incumbe a la ocupación que anteriormente analizamos y al trato con los otros y todo ello siempre en el horizonte de la posibilidad de remitirse a sí mismo, de la posibilidad del por-mor-de-sí. La posibilidad que es siempre el Dasein se distingue de la posibilidad en sentido lógico y de la posibilidad en cuanto categoría del ente que está ahí, en el sentido de que éste sea pura potencia y un todavía no llegar a ser real, o en el sentido de lo que nunca es necesario que sea. No se trata de que el Dasein sea primero posibilidad y que después llegue a ser lo que propiamente él es, sino que el Dasein es ontológicamente, por esencia y por entero posibilidad. Lo que abre el comprender es siempre la totalidad de la estructura del ser-en-el-mundo. Así, en el trato con el ente intramundano, el mundo yace abierto no sólo en el modo de la significatividad, sino que yace abierto en función de las posibilidades del Dasein en cuanto comprensor. Lo a la mano queda abierto en las posibilidades de su utilibizabilidad, empleabilidad, o  perjudicialidad que yacen de algún modo comprendidos en el Dasein. A su vez la totalidad respeccional queda abierta en cuanto la posibilidad que interconecta a los entes a la mano. Y por último, también la naturaleza en cuanto unidad de los entes que están ahí, sólo yace abierta de acuerdo a nuestras propias posibilidades de comprensión de la misma. Dicha comprensión que abre lo a la mano, los complejos remisionales, y a la naturaleza misma, no es otra que la comprensión de ser implícita en el comprenderse a sí mismo del Dasein en tanto que ser-en-el-mundo. El comprender deja abierto al Dasein hacia estos ámbitos, puesto que en él se abren también el por-mor-de y el mundo con el carácter de la significatividad.
De este modo, en el comprender queda abierto el “Ahí” (Da) del Dasein, en cuanto que en este “ahí” él siempre comprende de algún modo sus posibilidades.
Ahora bien, ya que el comprender siempre es un comprender afectivamente dispuesto,el Dasein queda arrojado a esas posibilidades pudiendo extraviarse de sí mismo o malentendiéndose. El Dasein puede comprender ese “ahí” haciéndolo para sí transparente o no. Ahora bien, ¿cómo es que el comprender puede penetrar en ese “ahí”? , ¿Qué carácter debe tener el comprender para que le sea posible la apertura de todos los ámbitos anteriormente mencionados?
En el comprender yace la posibilidad de apertura hacia el mundo, puesto que tiene el carácter de proyecto (Entwurf). En el comprender el Dasein se proyecta al por-mor-de
y a la significatividad del mundo, mundo en cuanto el ahí, el Da que le es propio.
Gracias al comprender, este ahí como constitutivo del ser-en-el-mundo queda abierto en cuanto poder-ser. En el comprender en cuanto proyecto yacen ontológicamente abiertas nuestras posibilidades fácticas. El Dasein está arrojado a esas posibilidades en cuanto comprensor de las mismas. En cuanto que el Dasein es, siempre ha de comprenderse desde posibilidades, puesto que el comprender en cuanto proyecto “es el modo de ser del Dasein en el que éste es sus posibilidades como posibilidades”7.
Ahora bien, el carácter proyectivo del comprender no radica en un carácter planificador, de manera que el Dasein pudiese planificar su propio ser de manera temática y explícita, pues de esta forma lo tematizado en cuanto planificación privaría a lo proyectado de su carácter de posibilidad. El proyectar del comprender no tiene la forma de ser de una tematización, sino que precisamente es lo que permite que la posibilidad se muestre en cuanto tal.





Indice

CAPITULO 1:  la comprension en la estructura existenciaria del cuidado.

·         El Dasein comprensor.
-          El ethos y la comprension.
-          La distincion de la comprensión propia e impropia.

·         La temporeidad propia e impropia.
-          Disposición afeciva
-          El miedo y la angustia

·         La temporeidad como fundamento del cuidado.
-          El sentido del cuidado
-          Lo sido y la temporeidad


Bibliografía Basica:
-HEIDEGGER, Martín, “Ser y Tiempo”, Trotta, Madrid-España. 2003.


Bibliografía Complementaria:
-HEIDEGGER, Martin, Cartas sobre el humanismo. Editorial Madrid. 2001.
-HEIDEGGER, Martín, “Ser y Tiempo”, Trotta, Madrid-España. 1997.(Trad.Jose Gaos)
-HEIDEGGER, Martín, El concepto del Tiempo, Mínima Trotta. Sagasta-Madrid, 1999.
-HEIDEGGER, Martín. Lógica (Lecciones) .Antrhopos.Madrid-España.1995.
-HEIDEGGER, Martín. ¿Qué es la filosofía?  Herder.Barcelona-España.2004.
-BOTERO URIBE, Dario. Martin Heidegger: La Filosofía del regreso a casa, BuenaSemilla. Bogota-Colombia. 2004.
-GONZALEZ ROZO, Mauricio, Fuera de Casa o de la Existencia Impropia. Corcas. Bogotá-Colombia.2005.
-GAOS, José, Introducción a el Ser y el Tiempo en Martin Heidegger, Fondo de Cultura Ecónomica. Mexico. 1996.

Bibliografía Basica:
-HEIDEGGER, Martín, “Ser y Tiempo”, Trotta, Madrid-España. 1997. &68-Pag330.

Bibliografía Complementaria:
-HEIDEGGER, Martin, Cartas sobre el humanismo. Editorial Madrid. 2001.
-HEIDEGGER, Martín, “Ser y Tiempo”, Trotta, Madrid-España. 1997.(Trad.Jose Gaos)
-HEIDEGGER, Martín, El concepto del Tiempo, Mínima Trotta. Sagasta-Madrid, 1999.
-HEIDEGGER, Martín. Lógica (Lecciones) .Antrhopos.Madrid-España.1995.
-HEIDEGGER, Martín. ¿Qué es la filosofía?  Herder.Barcelona-España.2004.
-BOTERO URIBE, Dario. Martin Heidegger: La Filosofía del regreso a casa, BuenaSemilla. Bogota-Colombia. 2004.
-GONZALEZ ROZO, Mauricio, Fuera de Casa o de la Existencia Impropia. Corcas. Bogotá-Colombia.2005.
-GAOS, José, Introducción a el Ser y el Tiempo en Martin Heidegger, Fondo de Cultura Ecónomica. Mexico. 1996.



La comprensión en la estructura existenciaria del cuidado.
Tratar de resolver la pregunta, que está a la base de  este proyecto de investigación, tiene como proposito encontrarle el sentido que Heidegger le da a la cura, o el sentido del cuidado (sorge). De ahi que tome lugar la pregunta a ¿Qué se comprende y que sentido se le otorga al cuidado a la luz de Ser y Tiempo?
El cuidado para heidegger, en rastreo a la obra ser y tiempo, se aparta substancialmente del concepto de cuidado, en el sentido común de asistir al otro.
Para Heidegger, en seguimiento al paragrafo 65, expone la temporeidad como sentido ontológico del cuidado, donde hace un matiz  preciso de lo que seria el cuidado. La distinción la establece en el sentido de señalar como el cuidado, está a la base de lo que seria la temporeidad como tal, es decir la unidad originaria de la estructura del cuidado es la temporeidad, ahora bien, esta temporeidad para Heidegger tiene dos connotaciones, la cual está asumida en la dualidad de la temporeidad propia y la temporeidad impropia.
Las dos temporeidades hacen parte de la apertureidad que se da en el Dasein. Ahora, ¿que seria la temporeidad propia en Heidegger? La respuesta en la que se referiria y que esta en estrecha relación con el cuidado, se encuentra en el concepto de tiempo y en lo que Heidegger describe en la concepcion de este. Con esto se hace la separación, entre lo que el distingue como tiempo vulgar o el tiempo del reloj, y el tiempo originario.  
Para Heidegger este ultimo hace referencia al sentido o la remision, (con una definicion estricta del término) lo cual es lo que posibilita al Dasein ser de manera autentica, en su despliege en el mundo. Ahora ese sentido originario tiene lugar cuando el dasein toma distancia del concepto vulgar del tiempo,  Lo cual se entiende como la partidura temtizada que se ha establecido convencionalmente, desde lo pasado presente y futuro.
Para este pensador, la estructura del cuidado, la temporeidad, estaría, en esos momentos, ya no parcializados o tematizados, sino en una integra unidad del Dasein, y esa integridad Heidegger la revela como el presente, referido a lo pasado, pero, proyectado hacia el futuro, es decir asumir el aquí y el ahora, teniendo como vilo existencial, o como horizonte existencial  lo sido, o lo acontecido en esencia. Esta forma nos señala de alguna manera, cómo esta apreciacion de la temporeidad Heideggeriana, se encuentra ineludiblemente vinculada al presente, un presente continuo no tematizado, que estaría al mismo tiempo proyectado al futuro, en lo cual toma sentido el concepto de lo sido en tanto unidad  integridadora. Asi:
“El comprender se funda primariamente en el futuro; en cambio la disposicion afectiva se temporiza primariamente en el haber-sido. El estado de animo se temporiza, y esto quiere decir que su extasis especifico, pertenece a un futuro y a un presente, pero de tal modo que el haber sido, modifica los otros éxtasis cooriginarios”[3][3]

Por otra parte, es importante señalar  la insistencia de Heidegger sobre la proyección al futuro.  De ahí que la estructura fundamental del cuidado tome sentido en el futuro, y esta proyección es lo que detemina la condicion misma del Dasein, en tanto finitud que se proyecta al futuro con el estrecho vinculo que el dasein tiene consigo mismo. En esta afimación tal proximidad al futuro, Heidegger la manifiesta en la Muerte. Pues es la muerte la que le da el sentido de finitud al Dasein en tanto posibilidad suya y proxima.
Es muy insistente la critica de este pensador,  entorno a la tradición metafisica del pensamiento de Occidente, en la que el problema del tiempo, no ha sifo abordado en a profundidad.
Como punto final se diría que es en el fenomeno de la cura donde el fenomeno de la comprension, valorativo, en tanto apropiación del sentido mismo por-mor-de  lo que somos.
Es decir, encontrar  el sentido donde recorremos la historicidad que toma lugar en la temporeidad que es lo que caracteriza al Dasein, en su existir. De esta manera es indispensable explorar el sentido de la cura como la posibilidad histórica del Dasein, donde este puede desplegar sus multiples posibilidades como ser en el mundo.
Concluyendo el presente capítulo buscó explorar y señalar las correlaciones existenciarias en el comprender desde las implicaciones de un actuar valorativo, esta comprensión resulta desde su inicio problematica y ambigua, en el sentido de no sentarse de modo explicito, una exposición de Heidegger, sobre la cuestión ética en el ambito de la comprensión, estrictamente a la luz de Ser y Tiempo (1927). Aun así interesa ingadar por un actuar valorativo desde ST, retomando la publicación carta sobre el Humanismo[4][4], explorando desde esta cuestión la relación entre el comprender y los juicios de valor que surgen desde descripcion de la analitica existenciaria.






[1][1] HEIDEGGER, Martín, “Ser y Tiempo”, Trotta, Madrid-España. 2003. &31-Pag146.
[2][2] Ibid, 146
[3][3] HEIDEGGER, Martín, “Ser y Tiempo”, Trotta, Madrid-España. 1997. &68-Pag330.

[4][4] Se aborda la lectura de este texto, dado que aunque se distancia cronologicamente de Ser y Tiempo 1927 con respecto al año 1946, es el texto donde el autor asume el tema explicitamente.

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