Christian Ricardo Montano López. Con la tecnología de Blogger.
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domingo, 13 de abril de 2014

El Tiempo en su Ahí

He ido aprendiendo a decir muchas cosas en esta vida, muchas palabras, las repito constantemente, las dejo en el sonajero de lo que se necesita comunicar, decir, entregar.
Sin embargo esas palabras solo nos pertenecen desde que las hacemos nuestras, de nuestra propiedad, solo con lo que la vivencia viste al instante y lo que de cada instante podemos decir, explicar, mostrar, señalar y dar.

Veo algunos cuadernos de filosofía de mi pregrado, y cuando los leo, se que cada palabra vive en el pasado que es en un presente que solo tiene presente sobre lo que constituyó ese instante de verdad, de alegria o tristeza. En ese instante habitamos con nuestra presencia, con nuestro recuerdo sido y que inevitablemente es en nuestro ahora. Es decir. El pasado es lo que nos constituye, nos embarga de sentido y propiedad en lo que somos ahora. Pero solo un pasado que se constituyó en nuestra existencia vital temporal lo cual permite nombrarse en un ahora y un aquí.

De ahí que el tiempo, es el escenario donde acontece el mundo y lo que hacemos en el mundo. En el tiempo orginario, ese tiempo que no esta en el reloj, en un calendario, en un dia o una noche. ES ese tiempo que viste y desviste la vivencia que esta en el actual estar.

Cada palabra con el borde y desborde existenciario remite sentido, intension, pasion y desición. Y esas caracteristicas de lo que acontece en nuestra humanidad, caminan en los pasos de lo que somos, buscamos y decimos.
Muchas veces decimos, hablamos, poco y demasiado. Caminamos lo que decimos en un espacio vital que nuestra existencia exige. Parece ser que el mundo esta parcelado de vivencias, y a cada vivencia le pertenece su propio tiempo, pues esa vivencia acontece de forma diferente, es decir, trascurre en una vivencia embargada de muchos sentidos proximos que le afectan, que le señalan, que le ocultan, que le pertenecen, aun en la extrañeza.
Tambien he ido aprendiendo que la libertad, y el amor son palabras que solo la vida logran señalar, con la palabra, con las acciones, con los desencantos y asombros de perplejidad, de alegria y tristeza, de deseo y melancolía, de angustia y vertigo.

El tiempo en su ahí, es entonces lo que nos pertenece, es lo único cierto y verdadero.  Y efectivamente lo es, porque solo en nosotros acontece la historia, nuestra historia. Una cancion de retazos de vivencias que nos dice, lo que hemos sido, en la palabra, en la mirada, en los hechos y actos, pero sobre todo en las desiciones elegidas. La vida entonces es de elección. Y lo mas dificil en esta misma es poder elegir con responsabilidad existencial. Cuando aprendemos a poder ser, ya nos embarga solo una duda. La duda de dudar lo que no podemos responder, pues la respuesta requiere ya no de nuestra afirmación individual y egocentrica, quiza ese estado ya toma una forma mas compartida, donde cuenta lo que eres o has sido en el otro desde ti mism@, y desde ahi eliges.

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